una o dos o tres

Hace un par de días leí un tweet del bajista de una de mis bandas favoritas que más o menos decía:

“Que tu música no sólo sea escuchada sino sentida es el objetivo más grande.”

Y esas palabras quedaron grabadas en mis pensamientos desde el momento en el que lo leí hasta ahorita, y probablemente las recuerde siempre.

Este año he intentado “expandir mis horizontes” en cuanto a la música, escuchando géneros y artistas que no suelo escuchar, y me ha llevado a pensar varias cosas, tanto positivas como negativas. Hoy quiero compartir algunas de ellas.

Desde que tengo memoria, la música siempre ha sido una de las “partes” más importantes de mi vida, y es por eso que me considero muy exigente y selectiva con lo que escucho. Según estudios del 2017, los Millenials escuchan, en promedio, 40 horas de música semanalmente (probablemente algunos de nosotros escuchemos un poco más). Eso es un montón de tiempo en el que, ya sea directa o indirectamente, estamos recibiendo información. Yo sé que a veces escuchamos canciones que son musicalmente buenas, e ignoramos totalmente lo que dice, y es aceptable! No siempre tenemos que identificarnos con lo que dice el artista. Sin embargo, ¿qué es lo que estamos escuchando a diario? ¿Cuándo fue la última vez que una canción te hizo sentir como “¡Agh, Gracias por ponerlo en palabras!” ¿Cuándo fue la última vez que lloraste escuchando una canción? ¿Haz alguna vez sólo cerrado los ojos para admirar la belleza de la música? Porque de eso se trata. La música, recordemos, es un arte, y como la escritora Rainbow Rowell dijo, “el arte debe hacerte sentir algo.” Escuchar música que disfrutés y que te haga querer bailar está bien pero, ¿por qué quedarse ahí cuando puede ser mucho más?

El otro día estaba pensando en qué dicha la de los artistas que tienen miles de personas escuchando lo que ellos tienen para decir. Hay miles de personas sumamente talentosas e inteligentes que tienen mucho para decir, pero no tienen audiencia. El tener la oportunidad de sembrar un mensaje positivo en la vida de otra persona, ya sea sólo una o que sean un millón, debería ser considerado una dicha, y que cientos de artistas con millones de seguidores decidan desperdiciar esa oportunidad me parece muy triste.

Una de mis bandas favoritas tiene una canción que dice lo siguiente:

“Somewhere they must have lost their way

Threw their souls out for attention and fame.”

(En algún lugar debieron haber perdido su camino, entregaron sus almas a cambio de atención y fama.)

Esta canción (I hate music de The Reign of Kindo) habla de cómo la música ya no es lo que solía ser, y cómo ahora cualquier persona puede “hacer música” sin importar si verdaderamente tiene talento musical o no. Creo que es indiscutible que la calidad de la música “popular” de hace 30 años es muy superior a la de hoy en día, lo que me parece un poco decepcionante considerando los avances tecnológicos y lo accesible que es el lograr buenos productos en la actualidad. No digo que no exista música de calidad hoy en día, sólo creo que la “regular” o “mala” se consume mucho más que la buena. Honestamente creo que es una genialidad lograr que muchos instrumentos, voces, palabras y demás arreglos funcionen de manera perfecta para crear 3 -6 minutos de arte, y quiere ganas que muchos de estos verdaderos artistas reciban mucho menos apoyo que personas que se preocupan más por su fama y su imagen que por lo que están ofreciéndole al mundo.

No es mi intención atacar a nadie ni sonar como “hater”, pues cada quién es libre de escuchar lo que quiera. No sé , pero yo decido apoyar a los verdaderos artistas y alimentar mi día a día con palabras que edifiquen o aporten algo positivo a mi vida. Amo cómo la música puede hacerme hace sentir feliz y triste y emocionada y agradecida y mil cosas más, y no me imagino mi vida sin poder identificar lo que siento o lo que pienso con canciones. Definitivamente creo que la música es uno de los medios más bonitos y eficaces para unir, a nosotros mismos con nuestros sentimientos, a personas que quizá ni siquiera hablan el mismo idioma, a toda una nación, y sobre todo, a nuestras propias almas con el Creador de todo. Así que más que un “placer”, la música para mí es una de las virtudes más lindas de la humanidad y quiero aprovecharla al máximo. En fin, comparto esto porque puede que no sea una artista con la capacidad de ser escuchada por miles de personas, pero tal vez sí por una o dos o tres.

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